Psyllium: la fibra funcional que regula tu digestión y metabolismo
El psyllium, fibra soluble de Plantago ovata, mejora la digestión, regula el tránsito intestinal, reduce colesterol LDL y glucemia posprandial. Es saciante, seguro a largo plazo y útil como prebiótico. Ideal junto a agua, probióticos y dieta rica en fibra
FIBRA NATURALDIGESTIÓN
Dianelis Fernández Mena
7/9/20253 min read


El psyllium es una fibra soluble derivada de las semillas de Plantago ovata. Está formado por un polisacárido bioactivo, principalmente arabinoxilano, rico en xilosa (75 %) y arabinosa (23 %), junto con trazas de glucosa, manosa y galactosa.
Su reconocimiento global se debe a sus múltiples beneficios sobre la salud digestiva y metabólicos. Sus propiedades han sido ampliamente estudiadas, demostrando su eficacia en la regulación intestinal, el control de los niveles de azúcar en sangre y la reducción del colesterol.
Origen, composición y mecanismos de acción del psyllium:
El psyllium proviene de las cáscaras de la semilla, llamadas «psyllium husk». Al hidratarse forma un gel viscoso que retrasa el vaciado gástrico y la absorción de nutrientes, modulando la respuesta glucémica y lipídica tras las comidas.
Destaca por su eficacia en trastornos funcionales y su seguridad a largo plazo:
Aumenta el volumen de las heces sin irritar la mucosa intestinal.
Regula el tránsito al retener agua y lubricar el colon.
Alivia el estreñimiento crónico y ocasional sin generar dependencia.
Favorece la consistencia óptima de las deposiciones, ideal para síndrome de intestino irritable.
Funciona como prebiótico, alimentando la microbiota y promoviendo la producción de ácidos grasos de cadena corta.
Refuerza la barrera intestinal y reduce la inflamación local.


La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda entre 3 y 15 g/día para el estreñimiento. Recomienda un rango similar, siempre junto con abundante líquido, para facilitar el tránsito.
Beneficios para la salud metabólica:
El perfil gelificante del psyllium se asocia a mejoras cardiovasculares y glucémicas:
Reduce el colesterol LDL y apolipoproteína B al atrapar sales biliares y promover su excreción.
Atenúa los picos de glucosa posprandial al ralentizar la digestión de carbohidratos.
Aumenta la sensibilidad a la insulina en personas con sobrepeso u obesidad.
Contribuye al control del apetito y al manejo del peso corporal a través de su efecto saciante.
En la industria farmacéutica también ha sido utilizado como laxante, al aumentar el peso y del volumen de las heces provocando su ablandamiento y ayuda al tránsito intestinal siempre que lo haga acompañado con abundante líquido.
Formas de consumo y dosis recomendadas:
El psyllium puede ser incorporado a la dieta diaria en cantidades de 1 - 10 g/día como suplemento nutricional. Para tratar el estreñimiento, dosis superiores a 15 g y hasta 30 g. E
Es crucial acompañar su consumo con abundante agua para evitar obstrucciones intestinales y garantizar su eficacia.
Precauciones y posibles efectos secundarios
Aunque bien tolerado, pueden aparecer:
Flatulencia y distensión abdominal los primeros días.
Sensación de plenitud o náuseas si no se acompaña con suficiente líquido.
Riesgo de obstrucción en personas con estenosis esofágica o intestinal.
Se recomienda consultar al médico si se toman medicamentos de absorción lenta (p. ej., digoxina) o si hay antecedentes de obstrucción gastrointestinal.
Perspectivas y usos combinados:
El psyllium puede integrarse en programas de salud digestiva junto a:
Probióticos para reforzar la microbiota.
Otras fibras solubles (inulina, goma guar) para diversificar el sustrato prebiótico.
Dietas ricas en frutas, verduras y líquidos para potenciar su efecto natural.
El psyllium se perfila como un aliado versátil para mejorar la regularidad intestinal, optimizar el perfil lipídico y controlar la glucemia. Su seguridad y la solidez de la evidencia científica avalan su uso desde niños hasta adultos mayores.

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